Curiosa excentricidad de Neil Jordan que, aunque a veces peca un poco de típica y predecible, acaba raspando un nivel muy alto en un género tan poco agradecido como es éste.

Buena culpa de todo la tiene un joven Cillian Murphy, nuevamente demostrando sus dotes interpretativas de una manera excelente. El personaje que interpreta además es mucho más profundo de lo que pueda parecer, con su búsqueda de algo más que su propia madre, es un viaje en búsqueda de su identidad y casi existencial. Kittie como personaje es muy atractivo, buscando eternamente el amor en casi cualquier persona que se le acerque, sin importar casi nada de él e importando mucho la evolución del personaje. El abandono de su madre sin duda marcará la personalidad del personaje.

Referente a la profundidad del personaje principal, la película en sí parece ser una mera imagen de él, ofreciendo una subtrama de terrorismo que más de uno rechazará por parecer estar un poco fuera de lugar, pero que añade esas dosis de personalidad a la cinta en general. Cinta que, por otra parte, a pesar de tener una duración excesiva para películas de este género, se hace bastnte amena, siendo muy útil la división de la película en pequeños fragmentos de la intensa vida de Kittie.

Una buena película, con un mucho mejor personaje pero con un aún mejor actor.