Si alguna vez tuviera que señalar a una película que sirva de barrera entre la producción hollywoodiense de gran sala y el telefilm de cadena privada de sobremesa de fin de semana lo tendría muy fácil con Sin Salida.

Una película tremendamente irregular, con caras conocidas que duele ver en una producción de tan bajo nivel. Así, pasearán por pantalla figuras como Sigourney Weaver o Michael Nyqvist, y en todo momento nos preguntaremos cómo fueron capaces de aceptar sus pseudopersonajes. El que en cambio goza de una gran regularidad es Taylor Lautner, con un nivel lamentable durante toda la película.

Pero incluso con todo esto uno a ratos consigue entrar en su más que vista trama, y algunas escenas de acción le dan algunos minipuntos extra. En cualquier caso, todo acaba alejándola de un determinado público y en ningún momento llegando a alcanzar al que parece realmente querer.

He visto telefilms de los mencionados mejores.