Cojan cualquier película de Martin Scorsese o cualquier otro director de estos que como digas que no te gustan es que jamás llegarás a saber nada de cine, piensen en una puntuación que le pondrían y súmenle dos puntos para obtener la media la opinión pública.

Desgraciadamente, un nombre sigue haciendo más daño de lo que pueda parecer. Scorsese es grande, pero ver la grandeza en este cortometraje es pecar de fanático sin criterio. La fórmula del primer párrafo por supuesto funciona a la inversa: cojan una película/producción de un director de renombre, cambien el nombre del director que figura en ella y obtendrán la misma película con dos puntos menos.

The Big Shave no es nada, absolutamente nada. Buscarle algún mensaje es tan innecesario como buscárselo a Kárate a Muerte en Torremolinos. Scorsese lo hizo, y sabiendo de su grandeza dudo mucho que tuviera alguna intención distinta a la de rodar lo que se ve. Las interpretaciones sobre este cortometraje son tantas como tiempo libre puedas tener, y todas ellas probablemente estarán sobrevalorando algo que no es más que un sangriento festival visual.