Después de tanto telefilm canadiense y norteamericano, uno tiene cierta esperanza en que Primavera sea algo diferente. Esta película alemana, por desgracia, no sólo no da ninguna sorpresa en cuanto a calidades, sino que empeora.

Y es que en esta película hay tantas subtramas innecesarias que alargan la soporífera película que es imposible prestarle la atención debida. Su atención dispersa queda potenciada por un reparto sin carisma, una realización sin objetivo claro y una falta de medios alarmante.

Parece que los telefilm tampoco tienen mucha calidad por Europa. Quizá soy yo que pido demasiado donde no hay que pedirlo.