Mediocre película que mezcla el thriller con el cine de terror, resultando que ninguno de los dos géneros sea mínimamente convincente.
Es preciso que diga que, en contra de lo que estoy leyendo mucho por ahí, sí se puede ver. Esto es, no me parece ni vomitiva, ni insoportable, ni nada de esto, simplemente es floja, bastante floja. Pero vamos, no es hiperaburrida, aunque se olvide mientras leemos los títulos de crédito finales.
La razón de esto es que Stewart Hendler, el director, casi nuevo en estas lides, a pesar de que venía madurando el producto tres largos años o así, no da con la tecla adecuada para hacerla verosímil, dentro del género que aborda. Ni siquiera mínimamente imaginativa, bebiendo de muchos films anteriores, pero no quedándose con lo bueno de ninguno de ellos.