Mientras la primera película fue el debut directorial de Joe Dante, esta secuela fue el debut directorial de James Cameron, cuando en aquel entonces solo trabaja como miembro de los efectos especiales de algunas películas. Por más que esta película sea considerada la peor en la carrera de James Cameron, no hay que olvidar que esta fue su primera película como director y no tuvo que recorrer mucho, ya que poco tiempo después salió a la luz su gran obra Terminator. Esta película fue hecha para aprovechar la rentabilidad que tuvo la cinta original de Joe Dante y aunque es algo inferior, la verdad es que es una película entretenida y fascinante para los amantes del terror retro. Aun con la ausencia de Roger Corman en la producción, se puede sentir algo del aire de la película original. Es curioso que esta película haya estado a cargo de una productora italiana y más por el hecho de que por aquel entonces Italia había empezado a hacer sus propias secuelas de algunas películas conocidas. La banda sonora de Stelvio Ciprani es decente como en la mayoría de sus trabajos. El guion es simple y no es muy relevante. Las actuaciones son regulares, ya que muchos de los actores eran italianos que no sabían inglés. La idea de las pirañas voladoras era sin duda algo estupendo para llevar la saga a un nuevo nivel. Claro que al ser una película de bajo presupuesto, hubo limitaciones y el diseño de las marionetas se nota casi como en la película original. Hay que agradecer que los efectos especiales estuvieron a cargo del artista de efectos especiales Giannetto De Rossi. Lo mejor de esta película es el gore que le hace justicia a la versión de Joe Dante, a pesar de no ser mucho y tener efectos prácticos que llegan a ser algo evidentes. Siendo justos, ambas películas son de bajo presupuesto, pero tienen su encanto. Aquí se mantiene el tono de serie B de su predecesora y por eso esta secuela de Piranha es un film decente que los amantes del terror pueden disfrutar. Mi calificación final para esta película es un 8/10.