Esta es una comedia con personalidad, una historia de época muy atractiva para el público en general porque son a muchos los que le gustan las historias de romanos. Ya saben... armaduras, capas, Roma, espadas, bárbaros, cuero, caballos,, paro que parece que estoy hablando solo de público homosexual y no, para nada es 300. Pero sí, muchos hemos crecido con los grandes clásicos del cine Peplum y conservamos un aire romántico por el género.
Se basa en un humor sátiro, negro pero a mi parecer blando y refinado. Trata el honor, el suicidio, la muerte, las conspiraciones, la valentía, el liderazgo.. todo con cierta elegancia. La serie queda bien así porque acompaña a su estética y se diferencia de los productos de la parrilla convencional. Sin embargo, una vez más, me falta una apuesta decidida que remarque la diferencia con otras series. Si querían humor negro que le metieran dos tazas de chocolate. Un poco de ida de olla y algún momento de desenfreno, de carcajada grande le habría subido mucho la nota general. Esa es mi mayor pega.. el tono es lineal, no alcanza un punto álgido más allá de su inicio.
Destaca el guión que enlaza casualidades cotidianas con el desarrollo de los hechos importantes de la historia que acontecen en algunos capítulos. Tiene un buen elenco, muchos de aquellos actores de la mítica "Cámara café". Sobresalen Julián López y Cecilia Freire. Julián tiene toda la cara para ese personaje, esa babia, torpe, lástimoso y un tanto de rompetechos. No sabes si parece un poeta en inspiración por su musa o un lerdo pensando en las musarañas. Cecilia hace estupendamente el papel de matrona conspiradora y patricia romana. Fresca, resuelta, segura y soliviantada en su proceder.
En general es una serie agradable de ver. Que ha cuidado los detalles y que entretiene lo suficiente. Como su duración es corta es recomendable.