A los de mi generación, aquellos a los que se nos escapan más de cinco canas aún sin tener tiques de calva en las entenderas, se les hace el prepucio agua cuando reviven varias películas que ya van cogiendo polvo en la estanterías de ese tipo de recuerdo que gana enteros con la edad, como si fingieran ser ese viejo escocés que se retuerce pacientemente en cántaros de roble.
"El club de la lucha" y "Apocalipsis Now" para los violentos que siguen buscando justicia, un par de tomos de "Matrix" para los raveros que nunca morirán, "Los Edukadores" para los soñadores en una noche de locura, "Hacia rutas salvajes" para los almas sin naranja que partir, los más inquietos seducen con "Waking Life", los que aman los tebeos prefieren "El Caballero Oscuro", para los suicidas vengativos siempre estará "Oldboy", "Dogville" fue un asunto de puristas, supongo que vamos entendiéndonos si peco de ingenuo con "Amélie" y te corto las pelotas siendo "Un profeta".
Por no parar que no sea; si te dejaste seducir por el olor a orgasmo femenino de las series con Cine, algo escuché de italoamericanos y otros negros del Este en sillones de barrio. ¿Y de qué paladares pueden presumir algunos de esos de treinta y pocos que aún perciben el olor del aseado femenino que alimenta las calles cada cuatro estaciones por primavera? Pues fanfarronean con estilo de tener el alma de Serpico en un rincón de su casa. Se ligan a la chica más guapa de la clase porque en el fondo ellas saben que el sexo más violento y salvaje es el que haces hasta el fondo de tu mente, y juegas con la ventaja de saber que éste no caduca con los años, sino que simplemente se va perfeccionando.
Fincher, Coppola, los Wachowski, Weingartner, Penn, Nolan, Chan-wook, Von Trier, Jeunet, Audiard, Chase y Simon, -de entre otro gran puñado de gente con carisma-, alimentaron tu intelecto. Ahora ya es responsabilidad tuya saber qué coño harás con él.