El mago Spielberg acusado de ser oportunista, sentimentalista por defecto y de buscar simplemente el tirón comercial, crea, retrata, describe, perfecciona, una pelicula que a pesar de su sencillez (al igual que ET) se convierta en prácticamente perfecta. Posiblemente fue su primera gran película (sin olvidarnos de Encuentros en la 3º fase) y creo y no exagero, que ocupa también ese puesto por calidad de todos sus filmes. No nos olvidamos de la excente La Lista de Schindler, la redonda también ET, las logradas secuelas de Indiana Jones, etc...., pero es que Tiburón es tan redonda como el pequeño y feo extraterrestre y tan impactante (desde otro punto de vista) a la obra sobre el Holocausto.
En Tiburón, no sólo nos mantiene en vilo la increíble criatura con los soberbios efectos especiales, la sintonía tremenda de John Williams y las magistrales y logradas secuencias de acción sobre y bajo el mar, sino que nos envuelve y nos hipnotiza su rigor en la escena, sus personajes creíbles, el detallismo sobre la posible captura mostrando a todos lo implicados en ello, el ambiente realista que hace casi que pensemos que esto pudiera esta pasando en verdad. Cada imagen, cada situación, cada escena permutua en la mente por su realismo. Las actuaciones excelentes sobre todo la de Robert Shaw, que le da el punto de fervor que necesita la cinta en el último momento.
Spielberg logra conjuntar entretenimiento y calidad. Y termina por realizar una obra maestra.