Ya sabemos que las historias de amor tienen buena prensa entre los cinéfilos y que los dramas románticos antiguos pertenecen al capítulo de intocables para muchos. Desgraciadamente “Breve encuentro” es una película que está en un status por encima de lo que es realmente, una buena película que ofrece una hora y media agradable sin mayores complicaciones argumentales para una historia de amor que no puede alejarse de los tópicos del subgénero.

Lo que pasa es que la gente se siente identificada con la narración, todos hemos tenido encuentros románticos breves –de verdad, no este que dura bastante, debería titularse mejor “Breves encuentros”- que no fructificaron –y por cierto más interesantes que el que muestra la película- pero eso no debe convertirnos en egocéntricos y valorar lo que pensamos cercanos. Cualquiera que lea mis otras críticas sobre Lean ya sabrá que no es un artista que me apasione, entiendo que sea el director británico más apoyado por establishment de turno pero con todos mis respetos hay un puñado de hijos de la Gran Bretaña bastante mejor que él y desgraciadamente menos conocidos.

No quiero decir con eso que “Breve encuentro” sea olvidable, ni mucho menos, sino que tiene mucho de ñoña y pedante, es una película "rosa" donde una mujer burguesa aburrida se enamora, del que pasaba por allí, podría ser otro. La película seguirá funcionando porque cada vez hay más mujeres tristes e infelices, que aunque con pareja y trabajo no terminan de encontrar sentido a sus vidas. No se engañen la historia no es de amor es simplemente de una historia de aburrimiento, si la chica perteneciese a la clase obrera y tuviera que levantarse a las seis de la mañana no tendría mucho tiempo para su “problemón”. Lo mismo la pasaría si formase parte de una clase intelectual y se dedicase más a leer y no hacer ganchillo. Y es que Celia Johnson, no me convence nada de nada, fue siempre una actriz de muy segunda fila y Trevor Howard no está enamorado ni poco ni mucho de ella. Lean no se esconde, no olvidemos la película que van a ver al cine, es puro Corín Tellado a la inglesa. El guión (parte de él) es de Noël Coward, un lector ávido de esos tipos de libros.

Me gusta la puesta en escena, la extraordinaria fotografía y unos decorados y localizaciones y ese naturalismo del film, como el interventor recoge una y todas las veces el billete, como se caen los bollos al suelo, como falta el azúcar al café... puro Emile Zola, pero sobre todo el marido, que hace la mejor actuación en el escaso rato que aparece en pantalla.

Pues sí, es una obra menor, pero tiene una gran ventaja y es que llega muy fácilmente.

Nota: 6,8