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irian hallstatt rating:
8
Drama. Comedy Every Sunday, venerable chef Chu (Sihung Lung) prepares an elaborate dinner for his three lovely daughters. Despite Chu's exotic dishes, the family barely nibbles at the food. The listless mealtime ritual mirrors the foursome's general lack of appetite for life: Chu has lost his sense of taste, and his daughters just want to go on with their separate, lonely lives. But something new is cooking that is about to spice up everyone's ... [+]
Language of the review:
  • es
July 15, 2007
10 of 11 users found this review helpful
* Dramita de ritmo y desarrollo bastante más ágil que el contemplativo y pausado cine oriental al que me he ido acostumbrando; con los bastantes personajes bien tratados y los suficientes cambios situacionales para darle una amenidad muy de agradecer.
Se la califica de comedia melodramática sentimental (ahí queda eso): “sentimentaloide” a tope, pero como comedia no tiene mucha gracia, en cuanto a que su vena cómica acaba por tener poco peso, teniendo más bien una afabilidad que no llega a lo humorística que se le supone; y mejor así, porque un exceso de jocosidad dificulta penetrar y leer en los personajes y sus circunstancias, que es la clave de “Comer, Beber, Amar”.

* Se retrata la desorientación de los protagonistas respecto a si mismos y a los demás, tanto dentro de la familia como respecto a los ajenos a ella. Se muestra como todos tenemos una fachada forjada a golpe de experiencia, que puede parecer más o menos sólida vista desde el exterior, pero de cuya condición somos nosotros perfectamente conscientes, aunque a veces intentemos mantenerla y agarrarnos a ella en aras de una supuesta seguridad ante los demás cuando estos nos desconciertan. Para los demás somos la máscara, pero tras ella están nuestros verdaderos sentimientos, aspiraciones, anhelos,… a veces, como es el caso de los protagonistas de esta película, todo lo que se encuentra tras esa máscara está maltratado, relegado a nuestros sueños íntimos, intentamos defenderlo estableciendo una barrera, pero cuando nuestras estrategias y soluciones improvisadas no son las adecuadas nos volvemos contra nosotros mismos, y de nosotros no nos defiende ya nadie.

* La película podría dentro de tal retrato empeñarse en sermonear sobre la familia como único lugar seguro en medio de un torrente de inseguridades, titubeos y decepciones, pero no contamos con la familia anodina y funcional necesaria para ello, ni este film tiene ánimo de convertirse en peli de sobremesa.

* En resumidas cuentas, “Comer, Beber, Amar” muestra la pugna dentro de una familia entre caracteres que se creen altamente independientes, pero cuya virtual independencia, a la que se aferran, no les aporta nada. Así acaban acudiendo al calor humano, con sus riesgos, pero de donde obtienen más gratificación. La película acaba siendo un cordial canto a la sencillez de la vida y a la felicidad encerrada en lo aparentemente nimio e intrascendente: las personas.
irian hallstatt
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