Como ópera prima es más que destacable, por encima del movimiento que propició la película me ha llevado a lugares que tenía olvidado o no me quería acordar, momentos de incomprensión que van unidos a la infancia.

Truffaut nos lleva a un maravilloso viaje hacia la madurez representado en el mar, poesía visual pura no me cabe la menor duda.
Me encanta el empleo de la ciudad como si fuera un laberinto y sobre todo esa mirada tan honesta a la infancia, quizás igual que Peter Pan nunca quiso crecer nuestro querido director ya que muestra a los adultos como los "malos" y no está carente de razón ya que no es nuevo que muchos padres se olvidan lo que significa serlo.

Truffaut más que un visionario lo veo como un artista que impregna toda su obra con su alma, cada fotograma me ha hecho pensar que es el único que entiende al niño protagonista, él y los espectadores.

Spielberg tomó buena nota de esta película, por poner un ejemplo EL IMPERIO DEL SOL, la influencia es clara, Truffaut a lo largo de las décadas ha inspirado a muchos cineastas, generalmente a aquellos que como Spielberg quizás les gustaría volver a ser niños.

¿Quién no escaparía al mar?