El colapso pone a un mismo grupo de personas en diferentes situaciones a las que reaccionan de diversas formas, primando casi siempre (a excepción de el episodio de la granja y el de la residencia de mayores) el egoismo más absoluto, el salvese quien pueda. Refleja, además, todo lo que nos provocaría este derrumbe: la escasez de combustible, que lleva al desabastecimiento, que lleva a la especulación, que lleva al trueque, que lleva al uso de la fuerza... y así sin parar, en una reacción en cadena imposible de parar, sobre todo cuando las élites políticas y, sobre todo, financieras, se "quitan de en medio" y huyen a sus islas.

La duración de los capítulos, todos muy breves, nos ayudan mucho al visionado de la serie. Los capítulos, además, están filmados en plano secuencia y cámara en mano, lo que da una sensación de realismo no vistas en otras series.

Las ocho píldoras que componen esta miniserie me parecen magistrales. Dan una visión de conjunto nada optimista de lo que puede llegar una persona sometida a presión, a un cambio radical en sus vidas que puede sacar lo peor que llevan dentro. Nadie es bueno o malo del todo, son personas que actúan en función de la realidad que les rodea. Destacaría el capítulo 6, el que se desarrolla en la residencia de mayores, que me tocó el corazón por su humanidad, un rayo de luz en el caos. También, pero por lo negativo, los dos capítulos dedicados a los ricos que intentan llegar a la isla. Me revolvieron el estómago.

El Colapso es una serie realmente buena, muy recomendable. Yo la pondría en todos los institutos, a ver si así alguno tomaba conciencia de lo que puede esperarnos.