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LOLITA rating:
9
6.6
1,059
Drama
NOTE MUSIQUE (OUR MUSIC) Shot and Reverse Shot Imaginary: Certainty Reality: Uncertainty The Principle of Cinema: Go Towards the Light and Shine it on Our Night Our Music Part poetry, part journalism, part philosophy, Jean-Luc Godard’s “Notre Musique” is a timeless meditation on war as seen through the prisms of cinema, text and image. Largely set at a literary conference in Sarajevo, the film draws on the conflagration of the Bosnian ... [+]
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- es
April 16, 2017
6 of 7 users found this review helpful
El último Godard posee un estilo muy diferente del que se conoció, allá por 1960 con la Nouvelle Vague. Pero permanece fiel a su idea de renovar el cine. Es decir, es diferente su estilo porque él continúa siendo igual de comprometido. Sigue amando el cine como cuando escribía en Cahiers du Cinema. Y se enoja con Cannes y con la industria cinematográfica actual, que no ha sabido darle al cine el lugar artístico que amerita.
“Se han privilegiado los derechos del cine y no sus deberes. No se ha podido, o no se ha sabido, o no se ha querido dejar al cine el papel que se ha dejado a la pintura o a la literatura. [... ]Al principio se creyó que el cine se impondría como un nuevo instrumento de conocimiento, un microscopio, pero muy de prisa se le impidió que desempeñara su papel y se ha convertido en un sonajero” (entrevista con Lavoignat y D’Yvoire, 1995).
Por ello el Godard contemporáneo nos trae películas cada vez más complejas y menos comerciales. Films que muchos tildan de encriptados, intelectualoides o confusos. Y que sin embargo, son para el cinéfilo una promesa, una ráfaga explosiva de pensamientos. Que nos recuerda que en el cine aún no está todo dicho, sino que se encuentra en fase de experimentación y que todavía se puede crear, reinventar, explotar en términos epistemologico, artísticos y no solamente comerciales.
La película está dividida en los tres capítulos de “La Divina Comedia” de Dante Alighieri: Infierno, Purgatorio, Paraíso. En el Infierno muestra con un montaje de imágenes los terrores de las guerras, como una presentación resumida de los conflictos históricos bélicos. Es en el Purgatorio en donde realmente comienza la película. Actúa Godard de Godard, que debe impartir una clase de cine en el marco de una Conferencia de Artes en Sarajevo, la cual reúne varios escritores contemporáneos como el español Juan Goytisolo, los franceses Pierre Bergounioux y Jean Paul Cournier, y el palestino Mahmoud Darwish.
“Se han privilegiado los derechos del cine y no sus deberes. No se ha podido, o no se ha sabido, o no se ha querido dejar al cine el papel que se ha dejado a la pintura o a la literatura. [... ]Al principio se creyó que el cine se impondría como un nuevo instrumento de conocimiento, un microscopio, pero muy de prisa se le impidió que desempeñara su papel y se ha convertido en un sonajero” (entrevista con Lavoignat y D’Yvoire, 1995).
Por ello el Godard contemporáneo nos trae películas cada vez más complejas y menos comerciales. Films que muchos tildan de encriptados, intelectualoides o confusos. Y que sin embargo, son para el cinéfilo una promesa, una ráfaga explosiva de pensamientos. Que nos recuerda que en el cine aún no está todo dicho, sino que se encuentra en fase de experimentación y que todavía se puede crear, reinventar, explotar en términos epistemologico, artísticos y no solamente comerciales.
La película está dividida en los tres capítulos de “La Divina Comedia” de Dante Alighieri: Infierno, Purgatorio, Paraíso. En el Infierno muestra con un montaje de imágenes los terrores de las guerras, como una presentación resumida de los conflictos históricos bélicos. Es en el Purgatorio en donde realmente comienza la película. Actúa Godard de Godard, que debe impartir una clase de cine en el marco de una Conferencia de Artes en Sarajevo, la cual reúne varios escritores contemporáneos como el español Juan Goytisolo, los franceses Pierre Bergounioux y Jean Paul Cournier, y el palestino Mahmoud Darwish.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
A su vez, dos jóvenes: Judith Lerner, una periodista del Tel Aviv políticamente comprometida con el cese del conflicto Palestino-Israelí; por lo que desea, pese a jugarse el trabajo, publicar una entrevista con el gran poeta palestino Darwish. La otra, Olga Brodsky, una estudiante descendientes de judíos y rusos, sobrina del traductor que trabaja para Godard, y que asistirá a su clase de cine.
En su clase, Godard de forma para nada pedagógica, habla del plano y contraplano, algo que muchos directores toman por igual. Para ello dos fotografías hechas con un plano y contraplano exactamente igual de situaciones completamente distintas: En una los israelitas entran en la tierra prometida, en la otra los palestinos son expulsados. Godard sostiene que el plano y el contraplano no pueden ser iguales, así como Darwish dice que la victima jamás será igual al victimario. La verdad tiene dos caras, por ello se debe contar no sólo la historia de los vencedores, sino además la de los vencidos. Y quien mejor que Darwish para alzar la voz de los vencidos. Es allí, donde hay mayor inspiración y humanidad: “Incluso en la derrota hay poesía”, dice el poeta.
"¡Yo soy la víctima!". "¡No, yo soy
la única víctima!". Ellos no replicaron:
"Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
Y una víctima". M. Darwish
(Cadáveres anónimos, 2004)
La poesía, la guerra en Bosnia, la guerra Palestina-Israelí, la filosofía, la imagen, la música...es como si todo tuviera que ver con todo. Y no creo que esté errada esta perspectiva. En francés a esto se le llama “Mise en Abyme”(puesta en abismo), un recurso literario. Es cuando se cuenta una historia dentro de otra. En este caso muestra la historia de la guerra en Bosnia (1992-1995) y del actual conflicto Palestino-Israelí, y como estos hechos repercuten en los personajes de las dos jóvenes.
Otro ejemplo en relacionar la historia de la humanidad con una en particular se ve en “El árbol de la vida” (2011) de Terrence Malick, donde muestra la época de los dinosaurios y a su vez la vida de una familia de suburbios norteamericana. La gran diferencia es que Malick dota su film de cierta indagación a lo supremo. En cambio Godard, ateo y marxista, dota su film de una visión crítica, pero poética a la vez. Quizás, es un poco confuso por el hecho de que relaciona arte, filosofía, poesía, historia. ¿Pero acaso la vida particular de cada uno no de nosotros, no se encuentra también entrelazada por la historia de la humanidad?
Asi es que para poder disfrutar su cine actual hay que pensar el arte como lo piensa Godard: Un disparador, que consiste en lanzar preguntas. No en totalizar o imponer nuevas fórmulas visuales, sensitivas. Su fin es reflexionar para dar lugar a nuevas formas de pensamento superadoras, y que a su vez vuelvan a crear nuevas reflexiones.
Quizás muchos se lamenten que en sus filmes ya no esté la estética francesa por excelencia: La típica paleta de colores azul, banco y rojo, los espacios perfectamente decorados, los planos precisos donde la bella Anna Karina (vestida con cuellito Peter Pan) resaltaba maravillosamente. Características que muchos han sabido imitar, homenajear: Wes Anderson, Xavier Dolan. E incluso superar: Leos Carax.
Pero no le cabe repetirse a sí mismo. Como tampoco le cabió seguir con el proyecto “Dziga Vertov”de los años ’70, su época más política con films muy propagandísticos. No. El núcleo anarquista de su propio instinto agita hasta los mares más revolucionarios. No busca convencerte, venderte una verdad, sino que esta surge de la confusión, propia de las reflexiones personales. Su mirada sobrevuela la actualidad desde un cine del futuro, y busca, una vez más, revertir la corriente de estos años.
Por Nadya Palacios
www.losojosdelolita.com
En su clase, Godard de forma para nada pedagógica, habla del plano y contraplano, algo que muchos directores toman por igual. Para ello dos fotografías hechas con un plano y contraplano exactamente igual de situaciones completamente distintas: En una los israelitas entran en la tierra prometida, en la otra los palestinos son expulsados. Godard sostiene que el plano y el contraplano no pueden ser iguales, así como Darwish dice que la victima jamás será igual al victimario. La verdad tiene dos caras, por ello se debe contar no sólo la historia de los vencedores, sino además la de los vencidos. Y quien mejor que Darwish para alzar la voz de los vencidos. Es allí, donde hay mayor inspiración y humanidad: “Incluso en la derrota hay poesía”, dice el poeta.
"¡Yo soy la víctima!". "¡No, yo soy
la única víctima!". Ellos no replicaron:
"Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
Y una víctima". M. Darwish
(Cadáveres anónimos, 2004)
La poesía, la guerra en Bosnia, la guerra Palestina-Israelí, la filosofía, la imagen, la música...es como si todo tuviera que ver con todo. Y no creo que esté errada esta perspectiva. En francés a esto se le llama “Mise en Abyme”(puesta en abismo), un recurso literario. Es cuando se cuenta una historia dentro de otra. En este caso muestra la historia de la guerra en Bosnia (1992-1995) y del actual conflicto Palestino-Israelí, y como estos hechos repercuten en los personajes de las dos jóvenes.
Otro ejemplo en relacionar la historia de la humanidad con una en particular se ve en “El árbol de la vida” (2011) de Terrence Malick, donde muestra la época de los dinosaurios y a su vez la vida de una familia de suburbios norteamericana. La gran diferencia es que Malick dota su film de cierta indagación a lo supremo. En cambio Godard, ateo y marxista, dota su film de una visión crítica, pero poética a la vez. Quizás, es un poco confuso por el hecho de que relaciona arte, filosofía, poesía, historia. ¿Pero acaso la vida particular de cada uno no de nosotros, no se encuentra también entrelazada por la historia de la humanidad?
Asi es que para poder disfrutar su cine actual hay que pensar el arte como lo piensa Godard: Un disparador, que consiste en lanzar preguntas. No en totalizar o imponer nuevas fórmulas visuales, sensitivas. Su fin es reflexionar para dar lugar a nuevas formas de pensamento superadoras, y que a su vez vuelvan a crear nuevas reflexiones.
Quizás muchos se lamenten que en sus filmes ya no esté la estética francesa por excelencia: La típica paleta de colores azul, banco y rojo, los espacios perfectamente decorados, los planos precisos donde la bella Anna Karina (vestida con cuellito Peter Pan) resaltaba maravillosamente. Características que muchos han sabido imitar, homenajear: Wes Anderson, Xavier Dolan. E incluso superar: Leos Carax.
Pero no le cabe repetirse a sí mismo. Como tampoco le cabió seguir con el proyecto “Dziga Vertov”de los años ’70, su época más política con films muy propagandísticos. No. El núcleo anarquista de su propio instinto agita hasta los mares más revolucionarios. No busca convencerte, venderte una verdad, sino que esta surge de la confusión, propia de las reflexiones personales. Su mirada sobrevuela la actualidad desde un cine del futuro, y busca, una vez más, revertir la corriente de estos años.
Por Nadya Palacios
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