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Manospondylus rating:
5
6.4
19,993
Sci-Fi. Action. Romance. Thriller
Alita is a creation from an age of despair. Found by the mysterious Dr. Ido while trolling for cyborg parts, Alita becomes a lethal, dangerous being. She cannot remember who she is, or where she came from. But to Dr. Ido, the truth is all too clear. She is the one being who can break the cycle of death and destruction left behind from Tiphares. But to accomplish her true purpose, she must fight and kill. And that is where Alita's true ... [+]
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- es
March 17, 2019
5 of 9 users found this review helpful
La impresión general que me causa esta película es similar a la que me produjo Mortal Engines: es espectacular (una vez más, Weta demuestra de qué es capaz) y resulta hasta entretenida, pese a un argumento poco original y predecible, cargado de clichés y personajes estereotípicos e insuficientemente desarrollados.
En cierto sentido, Alita: Ángel de Combate parece una versión adolescente de Ghost in the Shell (me refiero a la adaptación live action de Rupert Sanders), al mezclar la trama de una cyborg (perdone señora RAE, pero no me convence eso escribirlo con "i") que de humana sólo conserva el cerebro e intenta averiguar quién es (o, más bien, fue) con una historia de amor tonta y superficial muy al estilo de Crepúsculo, y añadir un deporte ficticio que, a pesar de su escaso peso en la trama principal, va a ocupar buena parte del metraje.
Adaptación de GUNNM (manga de Yukito Kishiro que comenzó a publicarse a principios de los 90), la historia de Alita tiene lugar en un mundo distópico entre postapocalíptico y cyberpunk en el que, tras una guerra contra Marte, las ciudades flotantes de la Tierra caen, salvo una: Salem (nombre tomado de Jerusalem). Por debajo de Salem y alrededor del vertedero de piezas y chatarra que han sido desechadas desde la ciudad flotante, se ha formado un gran asentamiento, la Ciudad de Hierro (el inconfundible suburbio peligroso en el que la vida vale muy poco). Los cazadores-guerreros mantienen el orden en las calles a cambio de dinero, mientras los jóvenes de la ciudad, crecidos a la sombra de Salem, juegan al Motorball con la esperanza de convertirse en campeones y subir a dicha ciudad flotante.
En medio de ese ecosistema de violencia, óxido y miseria, el doctor Dyson Ido (Daisuke, en el manga) encuentra el torso y la cabeza de una cyborg entre los deshechos de Salem y, tras repararla, le da el nombre de su hija muerta: Alita (Gally, en el manga, que no era el nombre de ninguna hija sino de un gato). No es una mala premisa, pero, como hiciera Sanders con su Ghost in the Shell, Cameron y Rodriguez toman el que posiblemente sea el rumbo más cobarde y perezoso de entre todos los posibles: copian alguna escena o imagen del material original, pero reducen la trama a una historia de orígenes y autodescubrimiento sumamente complaciente. Cada vez que se empieza a complicar la trama, se simplifica de golpe; y cada vez que parece perfilarse algún conflicto o dilema interesante, este se desvanece rápidamente.
Después de las típicas escenas en las que descubre el mundo que la rodea, Alita empieza a preguntarse quién es, descubre el principal conflicto de la historia, se alista en los cazadores-guerreros y comienza a jugar al Motorball, que en adelante llamaré Quidditch sobre ruedas. Fueron Los Simpson quienes explicaron con gran acierto en su episodio "The Book Job" que toda saga adolescente necesita un absurdo deporte inventado. El Quidditch sobre ruedas de Alita procede del propio manga, cierto, pero no hace su aparición hasta mucho más adelante y está más justificado. En cambio, Cameron quería incluirlo forzosamente en la película y, a pesar del tiempo que se le dedica, no tiene una relevancia real más allá de mostrar unas escenas CGI muy espectaculares con carreras y peleas a toda velocidad (como he dicho, quien triunfe en esto podrá subir a Salem... por algún motivo difuso, lo que termina quedando como una excusa muy pobre).
No sé si el éxito ha hecho que Cameron se relaje en exceso o es que no está muy inspirado. Ya en Avatar escribió una trama simple e igual de predecible, pero al menos el mundo estaba bien construido y era rico, coherente y dejaba pocos cabos sueltos (salvo el rollo de Eywa que era algo ambiguo). Aquí, las leyes de Ciudad de Hierro parecen contradecirse varias veces; y digo que "parecen contradecirse" porque en realidad no hay explicaciones sobre casi nada de esto: el funcionamiento del cuerpo de cazadores, las leyes que se cumplen según el contexto y las patrullas de tanques-araña estilo tachikoma de Ghost in the Shell, que pasan gran parte del tiempo no haciendo nada. Y así podemos entrar en decenas de headscratchers (lo típico). Podrían haber dedicado más tiempo a explicar todo eso en detalle en lugar de meter el romance adolescente forzado o el Quidditch sobre ruedas, pero, claro, Cameron y Rodiguez han preferido ir a lo fácil y de paso desperdician completamente el extenso lore del manga.
Por supuesto, resulta tremendamente frustrante que no lleguemos a ver nada de Salem (salvo lo que se ve desde abajo), no se explique casi nada sobre la guerra ni sobre el pasado de Alita, y el final sea tan abierto. El propósito debe ser el de hacer una o varias secuelas. En ese sentido, esta película puede funcionar como primera entrega de una saga, pero como filme individual no es 100% satisfactorio porque deja demasiados cabos sueltos de cara a esas posibles secuelas. Una estrategia atrevida que dejará esta película completamente coja hasta que llegue una continuación (si es que algún día llega).
Dejando a un lado el rollo más cyberpunk, Alita es una película de acción y aventuras de Hollywood bastante promedio y como tal tiene su historia romántica obligada entre la prota y el macarra guaperas aunque sensible del barrio, repleta de diálogos y situaciones ridículas dignas de una de esas estúpidas series juveniles de Netflix (la escena del corazón es lo más cursi que he visto en años), clichés vistos mil veces (ese beso bajo la lluvia) y redundantes paseos en moto salidos de una película de los 80 (eso sí, la moto tiene sólo una rueda para que se note que es el futuro y eso).
Ojo, que no digo que meter una historia romántica (o, ya que estamos, un juego ficticio) sea en sí un error (más aún cuando procede del manga). Sólo digo que tal y como lo han hecho, su única función parece la de estirar la historia para que dé para varias películas, pero el resultado es que entorpece el avance de la trama principal.
(Sigue sin spoilers)
En cierto sentido, Alita: Ángel de Combate parece una versión adolescente de Ghost in the Shell (me refiero a la adaptación live action de Rupert Sanders), al mezclar la trama de una cyborg (perdone señora RAE, pero no me convence eso escribirlo con "i") que de humana sólo conserva el cerebro e intenta averiguar quién es (o, más bien, fue) con una historia de amor tonta y superficial muy al estilo de Crepúsculo, y añadir un deporte ficticio que, a pesar de su escaso peso en la trama principal, va a ocupar buena parte del metraje.
Adaptación de GUNNM (manga de Yukito Kishiro que comenzó a publicarse a principios de los 90), la historia de Alita tiene lugar en un mundo distópico entre postapocalíptico y cyberpunk en el que, tras una guerra contra Marte, las ciudades flotantes de la Tierra caen, salvo una: Salem (nombre tomado de Jerusalem). Por debajo de Salem y alrededor del vertedero de piezas y chatarra que han sido desechadas desde la ciudad flotante, se ha formado un gran asentamiento, la Ciudad de Hierro (el inconfundible suburbio peligroso en el que la vida vale muy poco). Los cazadores-guerreros mantienen el orden en las calles a cambio de dinero, mientras los jóvenes de la ciudad, crecidos a la sombra de Salem, juegan al Motorball con la esperanza de convertirse en campeones y subir a dicha ciudad flotante.
En medio de ese ecosistema de violencia, óxido y miseria, el doctor Dyson Ido (Daisuke, en el manga) encuentra el torso y la cabeza de una cyborg entre los deshechos de Salem y, tras repararla, le da el nombre de su hija muerta: Alita (Gally, en el manga, que no era el nombre de ninguna hija sino de un gato). No es una mala premisa, pero, como hiciera Sanders con su Ghost in the Shell, Cameron y Rodriguez toman el que posiblemente sea el rumbo más cobarde y perezoso de entre todos los posibles: copian alguna escena o imagen del material original, pero reducen la trama a una historia de orígenes y autodescubrimiento sumamente complaciente. Cada vez que se empieza a complicar la trama, se simplifica de golpe; y cada vez que parece perfilarse algún conflicto o dilema interesante, este se desvanece rápidamente.
Después de las típicas escenas en las que descubre el mundo que la rodea, Alita empieza a preguntarse quién es, descubre el principal conflicto de la historia, se alista en los cazadores-guerreros y comienza a jugar al Motorball, que en adelante llamaré Quidditch sobre ruedas. Fueron Los Simpson quienes explicaron con gran acierto en su episodio "The Book Job" que toda saga adolescente necesita un absurdo deporte inventado. El Quidditch sobre ruedas de Alita procede del propio manga, cierto, pero no hace su aparición hasta mucho más adelante y está más justificado. En cambio, Cameron quería incluirlo forzosamente en la película y, a pesar del tiempo que se le dedica, no tiene una relevancia real más allá de mostrar unas escenas CGI muy espectaculares con carreras y peleas a toda velocidad (como he dicho, quien triunfe en esto podrá subir a Salem... por algún motivo difuso, lo que termina quedando como una excusa muy pobre).
No sé si el éxito ha hecho que Cameron se relaje en exceso o es que no está muy inspirado. Ya en Avatar escribió una trama simple e igual de predecible, pero al menos el mundo estaba bien construido y era rico, coherente y dejaba pocos cabos sueltos (salvo el rollo de Eywa que era algo ambiguo). Aquí, las leyes de Ciudad de Hierro parecen contradecirse varias veces; y digo que "parecen contradecirse" porque en realidad no hay explicaciones sobre casi nada de esto: el funcionamiento del cuerpo de cazadores, las leyes que se cumplen según el contexto y las patrullas de tanques-araña estilo tachikoma de Ghost in the Shell, que pasan gran parte del tiempo no haciendo nada. Y así podemos entrar en decenas de headscratchers (lo típico). Podrían haber dedicado más tiempo a explicar todo eso en detalle en lugar de meter el romance adolescente forzado o el Quidditch sobre ruedas, pero, claro, Cameron y Rodiguez han preferido ir a lo fácil y de paso desperdician completamente el extenso lore del manga.
Por supuesto, resulta tremendamente frustrante que no lleguemos a ver nada de Salem (salvo lo que se ve desde abajo), no se explique casi nada sobre la guerra ni sobre el pasado de Alita, y el final sea tan abierto. El propósito debe ser el de hacer una o varias secuelas. En ese sentido, esta película puede funcionar como primera entrega de una saga, pero como filme individual no es 100% satisfactorio porque deja demasiados cabos sueltos de cara a esas posibles secuelas. Una estrategia atrevida que dejará esta película completamente coja hasta que llegue una continuación (si es que algún día llega).
Dejando a un lado el rollo más cyberpunk, Alita es una película de acción y aventuras de Hollywood bastante promedio y como tal tiene su historia romántica obligada entre la prota y el macarra guaperas aunque sensible del barrio, repleta de diálogos y situaciones ridículas dignas de una de esas estúpidas series juveniles de Netflix (la escena del corazón es lo más cursi que he visto en años), clichés vistos mil veces (ese beso bajo la lluvia) y redundantes paseos en moto salidos de una película de los 80 (eso sí, la moto tiene sólo una rueda para que se note que es el futuro y eso).
Ojo, que no digo que meter una historia romántica (o, ya que estamos, un juego ficticio) sea en sí un error (más aún cuando procede del manga). Sólo digo que tal y como lo han hecho, su única función parece la de estirar la historia para que dé para varias películas, pero el resultado es que entorpece el avance de la trama principal.
(Sigue sin spoilers)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Cambiando de tema, a diferencia de lo ocurrido con Ghost in the Shell, parece que ahora no toca hablar de whitewashing, algo que me importa tirando a poco aunque me sorprende que le dieran tanto palos a Ghost in the Shell con eso y ahora nadie saque el tema (Robert Rodriguez comentó brevemente en la que quizá sea la peor excusa de la historia, que el manga no especifica que los personajes sean japoneses, aunque tengan nombres como Daisuke). Quizá sea porque el asunto de los ojos ha eclipsado todo lo demás: en un pobre intento de referenciar, evocar y homenajear al manga del que procede, Alita exhibe unos globos oculares hipertrofiados que la hacen caer de lleno en el uncanny valley.
Si acaso, en algunos momentos (sobre todo al principio), los ojos enormes junto a la apariencia general de Alita (parece diseñada por un lolicon), sus movimientos y su inocencia (ya digo, al principio) le dan un aire un tanto moe que en un personaje fotorrealista y queda jodidamente raro. Por no decir lo injustificable que resulta una cara tan aniñada en un cyborg creado para el combate.
Aún así, podría pasar por alto todo eso si Alita cumpliera con lo que se espera de ella, empezando por que sea un personaje creíble y con el que se pueda empatizar en algún sentido. Como era de esperar, han intentado construir una protagonista fuerte con la que compensar algo (o corregir) la hegemonía masculina en el cine de fantasía y ciencia ficción más mainstream, lo que me parece perfecto. El problema es que no es un personaje bien escrito (y por ello no puede ser una buena heroína, como han proclamado por ahí). Alita salta con brusquedad de la ingenuidad más absoluta a la guerrera más aguerrida, compaginándolo con el rollo de adolescente ñoña enamorada e hija rebelde, con muchos de esos momentos en los que todo le sale bien de casualidad y también un par en lo que algo le sale mal por conveniencia del guion. Pero lo peor es que, por mucho que ser una cyborg lo justifique al menos parcialmente, el ser tan perfecta la acerca demasiado al arquetipo Mary Sue (pasado trágico absolutamente irrelevante, característica física distintiva igual de irrelevante, talento innato para todo, cualidades que son destacadas continuamente por el resto de personajes... y centro aparente de absolutamente todo). Parece mentira que el guión sea obra del mismo James Cameron que hace años creó el personaje de Sarah Connor.
Indudablemente, el principal atractivo de la película es todo su apartado visual (bien acompañado por la música de Junkie XL). Tanto el CGI como los efectos prácticos encajan bien y dejan unas peleas estilo shōnen muy espectaculares, si bien debo resaltar que un par de momentos son sospechosamente similares a escenas vistas en las películas de Hellboy de Guillermo del Toro (lo de la trituradora está calcado) cuyas escenas de acción bebían más del anime que de los cómics de Mignola.
En fin, como tantas otras veces, Alita: Ángel de Combate parece un primer episodio, algo largo, de una serie. Muchos de esos casos no fructificaron en más entregas. Sin embargo, en esta ocasión parece que la historia continuará en la gran pantalla. Veremos si se corrigen los errores de esta y se logra reconducir la saga. Potencial tiene, pero necesita un guión que sorprenda y unos personajes mejor escritos, y eso pasa por desarrollar bien a la protagonista, centrarse en lo importante y dejar un poco a un lado los deportes ficticios y los romances trillados. Y si se aprovecha el lore de GUNNM, mejor.
Aspectos positivos: El diseño de producción y los efectos visuales. La espectacularidad de las escenas de acción. Pese a todo, es entretenida.
Aspectos negativos: Lo previsible de la trama y lo escasamente interesantes que son casi todos los personajes. La poca química que hay entre Hugo (ejem, Yūgo) y Alita, y cómo está planteada esa relación. No se respetan los nombres originales del manga en casi ningún caso, incluyendo a la protagonista.
Puntuación: 5
Si acaso, en algunos momentos (sobre todo al principio), los ojos enormes junto a la apariencia general de Alita (parece diseñada por un lolicon), sus movimientos y su inocencia (ya digo, al principio) le dan un aire un tanto moe que en un personaje fotorrealista y queda jodidamente raro. Por no decir lo injustificable que resulta una cara tan aniñada en un cyborg creado para el combate.
Aún así, podría pasar por alto todo eso si Alita cumpliera con lo que se espera de ella, empezando por que sea un personaje creíble y con el que se pueda empatizar en algún sentido. Como era de esperar, han intentado construir una protagonista fuerte con la que compensar algo (o corregir) la hegemonía masculina en el cine de fantasía y ciencia ficción más mainstream, lo que me parece perfecto. El problema es que no es un personaje bien escrito (y por ello no puede ser una buena heroína, como han proclamado por ahí). Alita salta con brusquedad de la ingenuidad más absoluta a la guerrera más aguerrida, compaginándolo con el rollo de adolescente ñoña enamorada e hija rebelde, con muchos de esos momentos en los que todo le sale bien de casualidad y también un par en lo que algo le sale mal por conveniencia del guion. Pero lo peor es que, por mucho que ser una cyborg lo justifique al menos parcialmente, el ser tan perfecta la acerca demasiado al arquetipo Mary Sue (pasado trágico absolutamente irrelevante, característica física distintiva igual de irrelevante, talento innato para todo, cualidades que son destacadas continuamente por el resto de personajes... y centro aparente de absolutamente todo). Parece mentira que el guión sea obra del mismo James Cameron que hace años creó el personaje de Sarah Connor.
Indudablemente, el principal atractivo de la película es todo su apartado visual (bien acompañado por la música de Junkie XL). Tanto el CGI como los efectos prácticos encajan bien y dejan unas peleas estilo shōnen muy espectaculares, si bien debo resaltar que un par de momentos son sospechosamente similares a escenas vistas en las películas de Hellboy de Guillermo del Toro (lo de la trituradora está calcado) cuyas escenas de acción bebían más del anime que de los cómics de Mignola.
En fin, como tantas otras veces, Alita: Ángel de Combate parece un primer episodio, algo largo, de una serie. Muchos de esos casos no fructificaron en más entregas. Sin embargo, en esta ocasión parece que la historia continuará en la gran pantalla. Veremos si se corrigen los errores de esta y se logra reconducir la saga. Potencial tiene, pero necesita un guión que sorprenda y unos personajes mejor escritos, y eso pasa por desarrollar bien a la protagonista, centrarse en lo importante y dejar un poco a un lado los deportes ficticios y los romances trillados. Y si se aprovecha el lore de GUNNM, mejor.
Aspectos positivos: El diseño de producción y los efectos visuales. La espectacularidad de las escenas de acción. Pese a todo, es entretenida.
Aspectos negativos: Lo previsible de la trama y lo escasamente interesantes que son casi todos los personajes. La poca química que hay entre Hugo (ejem, Yūgo) y Alita, y cómo está planteada esa relación. No se respetan los nombres originales del manga en casi ningún caso, incluyendo a la protagonista.
Puntuación: 5