La película trata de ser algo más que una película gore y conlleva una gran carga moral sobre la falta de escrúpulos en la sociedad moderna. La moraleja de la cinta es simple: ¿Qué es más reprobable, la violencia de unas tribus indígenas o la sociedad occidental que la legitima?
Es curioso que una película de tanta violencia y con tanta controversia trate de inculcarnos lecciones morales.

El argumento es sencillo y la banda sonora acompaña perfectamente a la época en la que se rodó y a veces cae en la cutrez, sin embargo, su punto fuerte probablemente siga siendo su fama. Después de su proyección en los pocos países donde no se censuró la cinta, Holocausto Caníbal fue sospechosa de ser algo más que ficción. Los actores tenían prohido por contrato realizar cualquier acto público durante un año y la película está grabada en falso documental por lo que se llegó a dudar si la historia era real o no. Las sensaciones que sentí al ver la película fueron perfectamente comparables a las que sentí, al día siguiente, cuando estuve indagando un poco y descubrí que los animales eran reales o que se acusó al director de homicidio de la chica de la portada.

Por tanto, la considero una película desagradable, algo cutre y sobre todo no apta para todos los amantes del cine. Desde el punto de vista estrictamente cinematográfico no me parece una cinta ni siquiera pasable pero su contexto llega a tener tanta importancia que la convierten en un filme que nunca olvidaré. Interesante.