Primer apunte, no me gustan nada las sinopsis que se suelen hacer de esta película, da la sensación de que no se haya visto, cosa que por otro lado, tampoco me sorprende, en cualquier caso, os dejo una de fabricación propia, que considero, se acerca bastante mejor a lo expuesto en el film.

Un eminente científico aparece muerto, aplastado por una prensa industrial, su mujer parece ser la única sospechosa, pero entre el hermano del fallecido y el inspector de policía encargado del caso, conseguirán obtener la asombrosa historia real de lo sucedido.

Todo un clásico de Serie B de los 50, enmarcado en la misma categoría que otros títulos inolvidables como "El increíble hombre menguante" o "La mujer y el monstruo", y realizada por Kurt Neumann, un pionero en eso de hacer cine de entretenimiento, al que se deben varias entregas de aquel Tarzan de los 40 protagonizado por Johnny Weissmuller, o la famosa obra de culto "Cohete K-1", filmada ocho años antes de la que nos ocupa.

La pregunta es obligada, que similitudes hay entre esta mosca original y el remake, rodado a mediados de los 80, la verdad que son abismales, porque salvo por el hecho del tele transporte, ambas tienen intenciones argumentales totalmente opuestas. Mientras la genuina busca un sentido científico para los sorpresa, típico en las producciones de la época, la de Cronenberg se configura como un tratado sobre la enfermedad, uno de los temas recurrentes en la filmografía del director canadiense.

A muchos, el film de Neumann podrá parecerles pasado de rosca, no les culpo, pero deben ponerse en situación y pensar que hablamos de un trabajo con más de medio siglo, situado en un género que nadie se tomaba en serio por entonces, además, resulta extremadamente injusto negar el encanto que genera su revisión, la entrega y pasión que muestran sus responsables, bien culminada en la escena cumbre de la película, esa en la que descubrimos, tras tirar de la manta, que es lo que había salido mal en tan peculiar experimento.

Destacar por último, la presencia en el reparto de Vincent Price, uno de los iconos de género de Terror, y que también participo en su secuela, rodada apenas un año después, tal fue el éxito de la cinta.