Esta intriga romántica ambientada en la Costa Azul es la última colaboración de Grace Kelly con Alfred Hitchcock. En ella se recoge de manera esplendorosa el bello paraje natural francés gracias a la fotografía en Technicolor y VistaVision de Robert Burks, quien consiguió con total merecimiento el Oscar por su espléndida labor.

La película, con el principio característico en Hitchcock del falso culpable, resulta sumamente interesante en su trama de misterio realzada por su lujosa estética, por los insinuantes diálogos llenos de dobles sentidos de tipo libidinoso, y por la expresión erótico-romántica de la pareja protagonista, fundida amorosamente con un telón de fondo orgiástico y explosivo de fuegos artificiales, en lo que ha pasado a ser una de las más brillantes metáforas sexuales vistas en una pantalla.

La química amorosa entre Cary Grant y Grace Kelly es de un atractivo ciertamente embriagador en esta cinta llena de estilo y elegancia, con un maravilloso diseño de vestuario de Edith Head y la consabida mano maestra de su autor.