Es una película que no resultaba tan interesante vista en los trailers, pero que una vez que empiezas a ver te enganchas poco a poco en el mundo en que te sumerge el director. La fotografía ayuda un montón, simplemente suma en cada plano, el acompañamiento musical es increíble y dosifica las escenas trágicas y permite esbozar sonrisas en los pasajes cómicos. Es pretenciosa, pero honesta, no le interesa mostrar realidades por fuera de los muros de aquellos condominios de alta sociedad, lo suyo es mostrar el mundo interno de los personajes, sobre todo del protagonista, que por otro lado, está excelente en su actuación contenida, en su gesto elocuente y en su discurso que se acaba cuando se trata de ejecutar acciones.
Se ve un enorme crecimiento en el director, el gran cariño que le ha puesto a este proyecto y los buenos dotes que tiene para dirigir actores y crear atmósferas. Si Feriado fue un primer esbozo de su mundo interno, está película deja claro lo que quiere contarnos del mundo y el punto de vista que va a elegir.
Una película que me parece que se podría convertir con los años en un clásico, porque no tiene fecha de caducidad. Lo que se podría considerar una mirada superflua por dejar de lado problemáticas sociales más trascendentales para el Ecuador, me ha parecido un respiro en todo lo que se viene haciendo que tiene aquel corte realista. Espero con ansias la siguiente de Araujo.