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Chile Chile · Santiago
Lawrence rating:
6
Thriller A Las Vegas-based fighter pilot turned drone pilot fights the Taliban by remote control for 12 hours a day, then goes home to the suburbs and feuds with his wife and kids for the other 12. But the pilot is starting to question the mission. Is he creating more terrorists than he's killing? Is he fighting a war without end.
Language of the review:
  • es
March 27, 2021
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Aunque su filmografía ha seguido un curso irregular, el neozelandés Andrew Niccol siempre genera cierta expectativa cinéfila, considerando los logros de su atractiva ópera prima de 1997, "Gattaca", y los aciertos de su colaboración al año siguiente en el guión de la notable "The Truman Show", de Peter Weir. Aunque en 2002 decepcionó mucho con su segundo trabajo, "S1m0ne", y también en sus dos filmes anteriores a este, "El precio del mañana" (2011) y "La huésped" (2013), hay que reconocer que en 2005 volvió a despertar algo de interés con "El señor de la guerra". Esta nueva incursión en la dirección, estrenada en la competencia oficial del Festival de Venecia, tiene un elemento común con las dos películas que ha filmado con mayores resultados positivos: las tres cuentan en su elenco con Ethan Hawke, quien en esta ocasión encarna a Thomas Egan, un piloto de combate que ahora pasa la mitad del día encerrado en una minúscula cabina de una base militar en las afueras de Las Vegas, donde junto a otros oficiales pilotea drones que a miles de kilómetros de distancia bombardean territorios de Medio Oriente intentando desmantelar células talibanes.

La creciente frustración y sensación de alienación del protagonista, tanto en su cuestionamiento interno a las misiones que debe asumir en lo profesional, como en su vida familiar como esposo y padre de familia, es muy coherente con lo que Niccol ha desarrollado previamente en sus anteriores entregas, así como su cuidada visualidad; la buena actuación de Hawke y la fotografía de Amir Mokri, que captura las luces de Las Vegas, la rutina de la vida suburbana y la frialdad impasible de los recintos militares, acentúan el tono opaco y desencantado de la película, en el que las bromas y el sarcasmo de los oficiales no hacen más que acentuar la deshumanización que refleja esta interesante reflexión sobre la guerra en la actualidad, tan absurda como en todas las épocas.
Lawrence
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