Sonará repetitivo, pero me gustó infinitamente más la primera.
Ésta resulta, cómo lo describiría yo ... cómo una caja de cohetes: mucho ruido, mucho barullo pero al final no queda gran cosa.
Robert Downey sigue bordando el personaje en su faceta excéntrica (la verdad, lo mejor de la película) pero en esta secuela parece haber perdido la parte seria que oculta el héroe, si exceptuamos su preocupación por no "palmarla", claro, sólo queda su sarcasmo. El coronel Furia en Samuel L.Jackson, a pesar de la discrepancia de un montón de seguidores de cómics, me parece bastante acertado y opino que a la viuda negra le falta un qué sé yo, cierto empuje, que sí posee en las viñetas y que a pesar de los esfuerzos de Johansson, no acaba de capturar la película.
Las batallas se siguen resolviendo en dos segundos y los diálogos tienen la enervante manía de superponerse unos a otros (sobre todo entre Downey y Paltrow) haciendo que la mitad de las frases se pierdan por confusas.
Aparte de todo lo anterior, podía estar peor, pero sin duda, es muy inferior a la primera entrega, no digo en calidad, porque los efectos siguen siendo buenos, muy buenos, sino en el tratamiento de los personajes, su ironía y su personalidad, mucho más diluidos en favor de la acción.
Y Mickey Rourke ... da un poquito de grima, oigan.