Pues para ser la quinta entrega de una saga que se repite más que el ajo, no está nada mal. Aunque, como dice un personaje, en esta saga no repiten los asesinos, sí se repiten las intenciones. Y casi siempre son las mismas; el asesino o asesinos buscan la fama que les conferirán los medios de comunicación y la traslación de sus fechorías al cine.

Como buen "reshoot", se repetirán lugares y personajes de las anteriores entregas y nuevos personajes, igual de descerebrados, y sospechosos. No sorprende en demasía, ya que desde el principio está claro todo el tinglado, pero se deja ver. Y está bien llevada. Y todas la referencias al Fandom tóxico no deja de tener su gracia. Disney, temblad con los fans de Star Wars.

Más que aceptable para ser una quinta entrega. Y como curiosidad aparece el hijo de Denis Quaid y Meg Ryan, que tiene la misma sonrisa picarona del padre.