Orgasmo fílmico para cualquier aficionado a los animes y a la saga de Dragon Ball en particular. Por fin se hace canónico al personaje más popular de los OVA, que incluso tenía su participación en los videojuegos.
Broly es esa piedra filosofal que todo buen fan del Universo Toriyama deseaba encontrar en la historia oficial de esta mítica y rejuvenecida saga.

El desarrollo de la historia ha tenido, en un principio, inspiración en el primer OVA del año 1993 sobre el personaje (el mejor, ya que el segundo era un bodrio). Pero en el filme se aprovecha, en un golpe de genialidad, para reescribir el origen del propio Goku, retomando el destino de su padre Bardock y presentando, por vez primera, a su madre, transformando a Goku en un trasunto de Superman. Porque ...¿enviar a un hijo en una càpsula a otro planeta para que se salve no es lo mismo que hicieron con Jor-El desde Krypton? En la Tierra adquirirá la dualidad Kakarotto/ Son Goku, como Clark Kent/ Kal El. Parecidos muy razonables en la historia de ambos personajes. Y si Goku es una especie de salvador de la humanidad ¿no será Broly su antítesis, al sufrir un destino parecido, pero en un mundo infernal?

Aparte de un magnífico soporte argumental, un buen trabajo con los personajes protagonistas, con ese Freezer de mente conspiradora y retorcida, las escenas de acción están brutalmente diseñadas. Batallas inacabables pero no repetitivas, con el inteligente empleo de la cámara subjetiva -en algún momento el espectador asume el rol de Broly - en un festival orgiástico de mamporros, destrucciones, magma, explosiones, rayos, bolas de energía, transformaciones a tutiplén, gritos desgarradores aunque también hay un rinconcito para el humor. Y una magnífica banda sonora. Un gozo con el que babeará un fiel seguidor de Goku y sus amigos.

Una frustración satisfecha. Por fin Broly es de los nuestros.