De esos ciclos que te van sorprendiendo. Empezamos en un círculo megalítico en Inglaterra y acabamos en una dimensión hiperespacial, perseguidos por una versión etérea del Juez Dredd. Es lo que tiene el cuarto doctor, buenos guiones en general y al mejor Doctor de la historia (y viendo lo que viene para 2024...).

El buen Doctor y la primera encarnación de Romana siguen en la búsqueda de las partes del cubo cósmico, perdón, de la llave del tiempo (¿en que estaré pensando?). En esta ocasión le lleva a la Inglaterra actual, en el mencionado círculo megalítico al estilo Stonehenge, con una secta druídica new age y que guarda oscuros secretos espaciotemporales. Algo así ya vimos en la serie de televisión "Los chicos de Stone" (1977), una joya olvidada. Por el camino encontraremos una presunta deidad celta, unas piedras móviles y vampiras, una avispada y anciana arqueóloga y algunas sorpresas más.

El ciclo tiene algún momento de terror, con esos menhires sanguinarios, aparentemente indestructibles, y no aburre con ninguno de sus episodios. No parecen de relleno. Por supuesto, Tom Baker, sigue divirtiéndose y divirtiéndonos con su interpretación del Doctor. También hay química con Mary Tamm, una companion injustamente olvidada a causa de la popularidad de su sucesora. Incluso la villana, Susan Engel, luce sexy para los estándares de la serie, orientada a un público juvenil.

Un buen ciclo. Conviene revisar los clásicos cuando los modernos decepcionan.