Los filmes de temática distópica y post-apocalíptica en sus orígenes estuvieron vinculados a producciones humildes de serie B. El miedo nuclear no era algo que los grandes estudios quisieran airear y, excepto notables obras como "On the beach" AKA "la hora final" (angustiante como ninguna), los filmes de esta temática fueron pasto de avispados productores tipo Roger Corman.

"The Aftermath" es una película modesta, escrita, dirigida, producida e interpretada por Steve Barkett, reservando un rol secundario a su hijo Christopher. Dime con quien andas y te diré quien eres es un buen dicho a aplicar a este creador, puesto que ha trabajado en filme de Fred Olen Ray, una especie de Jesús Franco estadounidense, y también con Jim Wynorski, otro habitual de las producciones baratas y subiditas de tono de la serie B ochentera de corte fantástico.

Barkett no escribe bien, sus diálogos y frases rozan el patetismo, con reflexiones del tipo "tu odiabas el plástico", su interpretación es mediocre, acaparando todas las escenas y planos, puesto que para eso paga. Sin embargo, el film no es desdeñable. Tomando prestadas ideas de "El Planeta de los simios" (1968), "El último hombre vivo" (1971) y "Un muchacho y su perro" (1975), desarrolla un mundo post-apocalíptico al que llegan unos astronautas tras un largo viaje. Un mundo salvaje, sin orden, donde dominan las bandas de forajidos violadores que exterminan sin más ni más a los supervivientes. La primera parte del filme, con monstruos, cielos radioactivos, una ciudad destruida y una más que notable secuencia nocturna en el museo, es quizás la más interesante, para devenir en su segunda parte en la típica película italiana del montón, del héroe contra la banda de motoristas viciosos, con violencia desmedida, matando niños y violando, una especie de "Commando" pero en cutre ¡el astronauta no falla un tiro y se cepilla a casi todos los malos!

No es un buen filme. Sus diálogos son espantosos. La voz en off en ocasiones roza el ridículo. El actor, de pelo en pecho, no es un dechado de virtudes interpretativas y su dirección a veces parece una fan-movie. Y sin embargo, si nos atenemos a la época en que se rodó (se inició a finales de los 70, aunque se estrenó en 1982), tiene un cierto interés "kitch", sobre todo, para los paladares de la serie B y aficionados al cine post-apocalíptico cutre que tanto abundó en los años 80.