Me encanta Coffy. El personaje, me refiero. Reparte justicia con una contundencia que ya quisiera Harry el Sucio, le pone las peras al cuarto a chuloputas y traficantes, y además está buenísima. Lógico esto último si tenemos en cuenta que Coffy es Pam Grier en todo su apogeo, con mucha ropa, con poca, sin ninguna, enseñando teta y enseñando culo. Y además interpretando a la que si no me fallan las cuentas debe haber sido la primera heroína de acción propiamente dicha de la historia del cine. Ahí queda eso.

Las aventuras de Coffy también me gustan bastante: esas maravillosas peleas que tiene con otras mujeres en las que la ropa se rompe siempre (oh afortunada casualidad) dejando salir a relucir pechugas y muslámenes, esos malandrines ataviados con modelos horteras de colores imposibles y dispuestos a siempre a perder la cabeza por las sabrosas carnes de alguna guarrilla, esos diálogos llenos de chulería, esa musiquilla soul, ese toque de crítica social tan agradecido que tiene la trama, esa forma brutal de cobrarse las cuentas pendientes que tiene la protagonista, y hallazgos tan genialmente improbables como el de las cuchillas de afeitar escondidas en las profundidades de su pelambrera afro...y qué decir del impagable macarra interpretado por Sid Haig...

La fama se la llevaría Shaft, pero qué queréis que os diga, donde esté la Coffy...