La película es cojonuda. Tan cojonuda como todas sus homólogas de sobremesa que cuentan siempre, mediante un guión magníficamente elaborado, la clásica historia catastrofista: Joven atractiva conoce a joven atractivo y sin comerlo ni beberlo de repente deben evitar por su cuenta que una amenaza natural se extienda y provoque un desastre a nivel mundial.

En este caso se trata de una invasión de abejas asesinas.
¡Me encanta!

Suena la canción del Mariachi de Antonio Banderas, se observa la costa mallorquina, y de pronto llega el humo negro de LOST y se empieza a cargar a todo quisqui que tomaba el sol alegremente en la playa.
Impresionante.

Ahora ya sé que la isla de LOST es en realidad Mallorca, que el humo negro es en realidad un enjambre gigantesco de abejas asesinas, y que los "otros" no son más que los inofensivos turistas alemanes. Sólo faltaba que apareciera Sayid Jarrah y esta película sería un diez de libro.

Muchísimas gracias, Antena 3.