Es sorprendente, cada vez más, el hecho de que los nuevos directores sean capaces de filmar mejores películas que algunos directores ya consagrados. Muestra de ello son cintas como "Gracias por Fumar", "Brick" y "Little Miss Sunshine", tres cintas realizadas por gente nueva en el mundillo y que han conseguido no sólo impresionar, sino en algunos casos dejar alucinado al espectador, bien por su trama o sentido del humor.

"13 Tzameti" se suma a este grupo. Con un presupuesto mínimo, Géla Babluani consigue que una historia a priori tópica nos vaya atrapando hasta vernos inmersos en un remolino de emociones desde los primeros minutos. Se nos muestra la historia de un joven restaurador de tejados y la casa donde trabaja, poblada por un matrimonio en condiciones no muy óptimas. Sin dar más datos, cabe decir que la historia tiene un giro hacia la mitad que es, realmente, aterrador. Psicológicamente, por supuesto. Con este inicio tan típico tenemos una historia sublime que finalmente acaba de una forma quizá demasiado arquetípica. Ese es sin duda su gran fallo.

Las interpretaciones de los actores son muy buenas, y si bien no están de Oscar, dejan algunos momentos ciertamente memorables. La fotografía si se lleva todos los premios: Un majestuoso uso del blanco y negro que consigue anonadar al espectador. La intriga es constante y el ritmo perfecto. La música, además, está a un nivel notable y el hecho de que nos haya llegado a los cines en V.O. francesa con subtítulos en castellano refuerza aún más las interpretaciones de esta gente. La película es dura, es """""Hostel versión Hitchcook""""", en el sentido de que tenemos suspense quizá "teen" -al menos eso parece al principio...- pero de forma casi filosófica. Sin duda, una gran película de intriga y un debut más que convincente de Géla Babluani.