Tremendo descubrimiento. Una película de bajo presupuesto, sin efectos especiales y con una emoción maravillosa y fresca, que te mantiene en vilo hasta el final, con ese beso terrorífico…

Resulta curioso la forma en que esta película de terror logra transmitir un mensaje sin mostrarnos ni una gota de sangre, sin asesinatos y sin tener a unos hombres malos en concreto.
El manejo de la sugestión es algo en lo que eran maestros los clásicos.

Podría ser que valiera como metáfora de la película la amenaza que suponía el comunismo para la sociedad norteamericana. Un comunismo visto como sociedad vacía de emoción, sin libertad y privada del consumismo libre al que tenían acceso los de las barras y estrellas. Sin embargo, aquí no sabemos quién es el organizador de las vainas. De cualquier forma, he ahí el gran triunfo de la película. No importan las explicaciones. Si cierras los ojos, te perderás una gran película de serie B, bajo presupuesto y de una calidad infinita.