La película dura ochenta minutos y hay que reconocer que pasan como un suspiro. No creo que a nadie pueda dejar de parecerle divertida. Los diálogos y las intérpretes son excelentes. Es una película con chispa, de una comicidad irresistible. Pero, si uno se pone crítico y empieza a hacerse preguntas, la cosa no se sostiene. Fundamente, ¿por qué la pareja visitante no se va de una puñetera vez cuando las tensiones y la antipatía mutua se hacen notorias? Es absurdo, es del todo antinatural que por cuarta o quinta vez regresen del descansillo o incluso del ascensor para proseguir el enfrentamiento con la otra pareja. Parece como si una fuerza misteriosa les impidiera irse. Pero no hay fuerzas misteriosas ni la película está en clave surrealista (o pongamos buñueliana). Es simplemente que el guion no es bueno, se alarga demasiado pare tener el final que tiene.
Podría haber sido mejor película como un mediometraje de unos cuarenta minutos. Hubiera sido un valioso sainete.
Y he dicho que las interpretaciones son buenas, pero llega un momento en que los protagonistas, especialmente la muy híspida Jodie Foster, empiezan a sobreactuar y a resultar histriónico.