...¡se convierte en tiña! El comentarista, crítico aficionado o lo que diantres sea que firma como "Sines Crupulos" y que, por cierto, se deja la tilde de la primera "u", ha demostrado a tirios y troyanos que, aparte de no entender nada sobre cine, es uno más de esos que en su día defenestraron a Alan Ladd y que, años después, lo consideran todo un mito del cine clásico. No, no tiene "crúpulos" el anteriormente citado comentarista, crítico aficionado o, simplemente, un ulceroso de estómago más que no soporta ver que un tío bajito, poco expresivo pero con una personalidad cinematográfica a toda prueba, pudiera encumbrarse hasta las más altas cimas de la fama del mundo del celuloide mundial. Es posible que no haya visto "El cuervo", ni "Shane", ni "El misterio de una desconocida", o "Reto a la muerte", o cualquier película perteneciente a una carrera de más de treinta años en los que fue considerado como el "salvador" de la Paramount y toda una estrella de Hollywood. "Infierno bajo cero" es una película de aventuras y a ratos documental perfectamente válida, entretenida y mucho mejor que las "stallonadas" actuales. Era bajito de talla, sí, pero esto no es ningún pecado. Reíse de él simplemente por este detalle (como hace "Sines Crúpulos") sí lo es. ¡Ah! Por cierto: Alan Ladd fue campeón nacional universitario de lanzamiento de jabalina aparte de destacar en deportes como waterpolo, natación de velocidad i baloncesto. ¡Baloncesto! ¡Todo una gesta pese a medir sólo 1,62 m!
Para mí, Alan Ladd merece como mínimo un respeto por toda su trayectoria en el cine. Esto... Clark Gable, John Wayne, Humphrey Bogart, etc., ¿eran actores? ¡Ah! Perdón. Eran más altos...