En estas películas se mezcla la nostalgia con la propia cinta, y hace complicado ser más o menos imparcial. Pero realmente ¿Es la imparcialidad lo que buscamos? Si el cine es emoción, es arte, esa imparcialidad no es buena, sino nefasta. Así que, dicho esto, sea por lo que sea para mi esta película es sublime, fantástica.

No entraré en describir la película. Señalaré que los personajes estan algo más que bien contruidos. Desde la pareja protagonista, con su función de ñoñería, de excusa para ver a la pareja de Iñigo y Fecyk y sus peripecias, pasando por el malo, un genial Christ Sarandon. Hasta Peter Falk y el niño (que jamás recordaré el nombre, salvo la serie en la que salía) estan sublimes, graciosos, divertidos.

El montaje de la película es espectacular. Recoge toda la magia e ironía de la novela de W. Goldman (que desde aquí recomiendo vivamente) sin perder la frescura del texto. Las interrupciones narrativas, los guiños, funcionan de manera sublime. Y para los españoles, aunque sea un alcoholico, Iñigo y su frase es una auténtica tradición.

En cuanto a la música, Mark Knopfler, hizo un gran trabajo. Suave y acompasada, con un tema central delicioso.

Para finalizar, sólo decir, para quién no la haya visto, que en esta película sala sin duda el mejor y más fabuloso duelo de esgrima jamás filmado... INCREIBLE!