"Atraco por duplicado" tiene una premisa muy original. Es cierto que las películas basadas en robos de bancos son un género casi por sí mismo, y aunque con variaciones, casi siempre tiene el mismo desarrollo. Pero en esta ocasión, el guión firmado por los creadores de Resacón en Las Vegas parecía ir por otro camino.

Un atraco a dos bandas es esta premisa original que, a pesar del esfuerzo de los creadores, nunca logra remontar el vuelo tras unos prometedores primeros minutos. Poco a poco, lo que parecía ser interesante se convierte en monótono, en parte porque la historia se convierte en un absurdo tras otro sin que los protagonistas puedan hacer algo por remediarlo. Ni la presencia de Dempsey, al que aquí no le falta carisma pero sí la capacidad de llenar la pantalla, ni la de Judd, a la que le falta papel para demostrar que se siente cómoda en la comedia, permiten a la película captar nuestra atención.

Y por si esto nos pareciera poco, la película da un giro de 180 grados pasando de la comedia absurda al misterio sin que los protagonistas cambien de registro. Una especie de "Diez negritos" (salvando de lejos las distancias) que ni los caricaturizados atracadores ni los aburridos rehenes no saben bien cómo encarar, para terminar en un gran lío en el que nadie es lo que parece porque, en el fondo, nadie sabe muy bien quién es.