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Barbarello rating:
7
Adventure. Fantasy François Perrin is a good-for-nothing Parisian who is being pursued by thugs for gambling debts he cannot pay. One day, he happens to share an elevator with an Amazonian shaman, Wanu, who is making a visit to France to promote the cause of his people and try to save the South American rain forests. To the surprise of both Perrin and Wanu’s escort, Campana, the shaman singles out Perrin as a "good man" and subsequently sticks to him like ... [+]
Language of the review:
  • es
March 21, 2008
15 of 16 users found this review helpful
Mi fascinación por la obra de Francis Veber no tiene límites, me encantan sus guiones y disfruto como un enano con sus películas y en esta ocasión tampoco me defrauda.
"El Jaguar" es un compendio de todos los elementos típicos de las producciones europeas de aventuras propias de los setenta, un poco de acción, humor y una estética un tanto descuidada que hacen las delicias de los amantes de los cines de barrio (el film bien podría haber sido carabina de algún spaghetti western o algún Maciste en "lujosa" sesión doble palomitera).
Además de todas las bondades propias de la serie B, "El Jaguar" cuenta con el buen hacer de Jean Reno, genial como siempre, en un papel que le va como anillo al dedo, un defensor de la cultura india y ecologista convencido que lleva al timorato Patrick Bruel a adentrarse en la más espesa jungla para encontrar su propia alma (y de paso salvar la de una apetitosa Patricia Velásquez, años antes de dejarse engatusar por Imhotep en "La Momia" de Sommers).
Un film divertido, sin otra pretensión que resultar de pasatiempo familiar (lo cual no es poco) y exponente de la más alta "creme" del blockbuster europeo, con guiños que van desde las aventuras de Tintín y el Capitán Haddock (auténticos equivalentes de Bruel y Reno, respectivamente) pasando por las películas de Bud Spencer y Terence Hill... Lo dicho, diversión garantizada, que va más allá de una bonita colección de postales del Amazonas y una melodía bucólica con ecos de John Barry (de hecho, creo que es un trasunto puro y duro de su partitura para Memorias de áfrica", pero pueden ser cosas de mi "mal oído").
Tras todo esto sólo me resta decir:
¡¡¡Larga vida a Francis Veber!!!
Barbarello
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