Clint Eastwood siempre me ha sorprendido. Me considero fan número 1 de este genial director que de hecho, creo que es el mejor director de cine en la actualidad y uno de los más grandes de toda la historia. Cuando pensaba que estaba todo inventado, siempre he descubierto una nueva película de Clint que me ha hecho cambiar de idea. Invictus no ha sido el caso. No quiero alarmar a nadie, Invictus es una gran película, bastante superior a la media actual, pero no es una de las grandes de este gran director. Lo que pretende conseguir lo consigue de una manera más que correcta.

Las interpretaciones por parte de Damon y Freeman son excepcionales, prueba de ello son las sendas nominaciones a los Oscars. La historia no puede estar mejor contada, pero cuando una historia no tiene más de lo que es, no se puede hacer mejor. Clint cuenta la historia como mejor sabe y el resultado se nota en pantalla. Sales del cine adorando a Mandela y con una sensación agradable en el cuerpo. Esta historia contada por cualquier otro director, habría quedado en el olvido, pero de la mano de Eastwood ha hecho que por lo menos una pequeña historia se convierta en una gran sensación interior.