Casi puedo entender que los poderosos e influyentes lobbys neocon de fundamentalistas cristianos americanos hayan conseguido que allí la película sea una de las más vistas y rentables del año, al fin y al cabo pasó lo mismo con la casquería de Mel Gibson y en menor medida también con ciertos pingüinos de documental. Lo que no acabo de entender es que aquí haya ocurrido lo mismo con una base social bien distinta (quizá sólo por ahora, qué miedo da pensarlo) y con una campaña promocional alejada de las patochadas de un Jeb Bush más propio de un guiñol que de la "seria" política USA (aunque a veces me recuerda un poquitín a alguna presidenta de comunidad autónoma, pero en fin, no sé por qué).

La historia es previsiblemente ñoña, nada raro hay en eso para los libros de un converso al cristianismo de mediana edad (un renacido, vamos). Lo que sí es extraño es que hayan conseguido alargando en exceso la duración que sea no sólo un poquito cursi y repelente eso de que los americanos hagan películas con tanta proliferación de cabezas coronadas (y eso me hace recordar a la pobre J.Andrews recluida y rodeada de aspirantes a sorpresivas princesas) sino que también sea francamente aburrida. Los bichitos digitales no son nada del otro mundo, pero su aglomeración en incruenta batalla debería acabar cargando hasta al mejor predispuesto (o no, que hay gente muy rara), y los trucos sentimentaloides de la "resurección" cantan demasiado para un público medianamente exigente, sobre todo porque como en las malas novelas de misterio la explicación y la información que permite el hecho milagroso viene después de su acontecer, lo que no deja de ser una burda trampa y un engaño de manual para despistar al público que no quiere que le den la cena precocinada y que prefiere saber qué lleva la receta.

Lo mejor de toda la película sería quizá el recurso del armario... En un mundo en el que mucha gente trata desesperadamente de "salir del armario", vienen los de Disney y se empeñan en meternos figuradamente de nuevo en él y que encima nos pasemos cienes de años disfrutando de lo cómodo y ancho que es. Desde mi punto de vista indudablemente lo peor es que volverán a hacerlo y volverán a llenarse los bolsillos porque la serie de libros es bastante grande. Ah!, y como dijo alguien en una crítica por aquí arriba, no dejéis de apreciar la inconsistencia del final, entre la zoofilia y el incesto, que si lo piensas bien es una de las críticas más descacharrantes y auténticas que se le pueden hacer a este pretencioso y "mágicamente" exitoso bodrio.