La película comienza con el anuncio de un asesinato al cumplirse siete días, en domingo, en un pequeño pueblo de Irlanda. A partir de ahí, junto al cura protagonista, se nos presenta un variopinto grupo de personajes, todos exagerados y tópicos, muchos de ellos con ganas de darle caña al cura sin motivo aparente. Y eso sirve para colocarnos un interminable rosario de teatrales conversaciones filosóficas de baratillo, metidas con calzador.
Todo, desde la premisa inicial, parece artificial, falso, una disculpa para endilgarnos las disquisiciones mentales del director y guionista, mientras el espectador, o sea yo, espera que llegue de una vez el domingo fatal y suceda lo que tenga que suceder, total qué más da, y se acabe la película.
En fin, una peli boba y aburrida, con pretensiones. Una pena, porque la anterior película de este director, titulada "El Irlandés", sí me gustó. ,