Yendo al grano, esta película ha basado todo su plan de éxito en dos premisas: Originalidad por el tema de las ciudades rodantes, y cómo no, lo políticamente correcto.

Lo primero es un buen tanto, no lo niego, pero no tiene ningún desarrollo, ninguna explicación coherente más allá de los típicos diálogos en los que pretenden ilustrarte de forma casual. Y la verdad, no quiero entrar en lo idiota, absurdo, faraónico, e ineficiente, de poner a rodar una ciudad entera. Es que no hay por dónde cogerlo, pero que no, no voy a extenderme con eso.

Lo segundo es el ya insoportable tema de lo políticamente correcto. Qué malos son los occidentales y qué buenos son los orientales. Qué buenos, qué sabios, qué molones, qué respetuosos, qué rastas más guays y tal... Vamos, que lo tienen todo. Es que luego se han empeñado mucho en hacer personajes super guays pero el fracaso es estrepitoso. Ningún personaje para recordar, la total ausencia de carisma. Lo siento pero la china esa de tupé millennial instagramero y ropa de gamer famoso solo hace que quieras que la maten pero ya, más que nada por toda esa sobreactuación en plan "¡joder cómo molo!".
Y los otros dos, pues son Rey y Finn. Pero calcados. Patético.

Y lo del terminator zombie, en fin, es acojonante. Nadie sabe a qué viene semejante subtrama imbécil, y qué mal llevada está. Sin explicar nada, qué mierdas es el zombie ese, por qué ahora es un padrazo, ahora un psicópata asesino... Y se han quedao tan panchos.

Lo he dicho mil veces: es frustrante ver lo que el cine le hace a la literatura de ciencia ficción, SIEMPRE. Lo tienen bien mascadito, no tienen que hacer nada, solo copiar el libro. Pero no, tienen que aplicar la fórmula de la taquilla, que consiste en que todo dios vaya a ver la película en el primer fin de semana. Y lo demás ya da igual. Parece que no existe ni un solo productor que ame el cine, que ame las historias, solo el dinero.
Una lástima.