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Babayaga rating:
7
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June 9, 2014
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La última entrega de Disney supone una reinterpretación de la historia de La bella durmiente, pero no del cuento sino de su propia versión cinematográfica de 1959. La icónica, elegante y verdosa Maléfica tiene unos motivos desconocidos por los que es malvada y, como se nos ha dicho en los anuncios de la película, conocíamos el cuento y ahora vamos a saber la verdad.
Con una narración en off, característica de los cuentos de hadas, y una presentación del bucólico territorio de las hadas, la película empieza con unas imágenes empalagosas cercanas al mundo de Campanilla, un lugar plagado de seres poco agraciados que parecen recién sacados de Star Wars. En contraposición, allende los límites de la ciénaga feliz, se encuentra el mundo de los seres humanos, en ese entorno espacio-temporal entre Juego de Tronos y El señor de los anillos. Ambos mundos contrapuestos no deben mezclarse nunca hasta que, claro está, terminarán por hacerlo.
La guía del reino fantástico es Maléfica, un hada poderosa, buena y protectora de su mundo, presentada primero como adolescente y luego como adulta. Es entonces cuando vemos por primera vez a la grandiosa Angelina Jolie en escena, momento desde el cual la película mejora sobremanera. La actriz se come la pantalla desde el primer fotograma pues no en balde toda la historia está diseñada para su lucimiento. Jolie realiza una creíble actuación, enfundada de negro y con cuernos, cumpliendo con creces las expectativas de un hada con dos caras, una buena y otra mala. Porque Maléfica se traslada hacia el lado oscuro por un acto de extrema crueldad hacia ella que la convierte en un ser rencoroso y vengativo. Es el momento álgido de la película muy bien escenificado, así como los momentos inmediatamente posteriores en los que retorna a su mundo, ya no tan feliz. Una vez los espectadores conocemos los motivos de la transformación de Maléfica casi compartimos su sed de venganza.
Pero la película no es lo tenebrosa que pudiera parecer. Prevalece la historia de un cuento de hadas reinterpretado con caracteres psicológicos se ha puesto de moda. Hay muchos puntos en común con Frozen, la entrega anterior de Disney, aspectos que no voy a desvelar pero que generan en los espectadores una relación empática con el sufrimiento del personaje protagonista, valor en alza en el cine familiar actual.
El resto de los personajes resultan adecuados a su papel: la dulce e ingenua princesa Aurora, el rey Stefan, el príncipe encantador, las hadas torpes… Evidentemente quedan eclipsados por la omnipresencia de Jolie, pero no importa, no se pretende otra cosa.
Evidentemente los efectos especiales tienen un lugar fundamental en el film. Aunque en ocasiones dan la sensación de demasiado digitales, en general muestran un escenario adecuado para la historia. Mejor los momentos de acción que las escenas a vista de pájaro. Nos hemos acostumbrado a un nivel de excelencia tal en estos aspectos que no les damos el justo valor que tienen. Personalmente disfruto muchísimo de las posibilidades que la animación CGI (Computer Generated Imaginery) ofrece al cine y no debemos despacharlo como algo anecdótico pues lleva detrás una carga considerable de creación artística.
Tampoco hay que dejar de mencionar el excepcional trabajo de maquillaje y la adecuación digital del rostro de Jolie; esos ojos de color verde amarillentos, esas mejillas cuasi puntiagudas le confieren un atractivo singular que ha sido convenientemente explotado en los trailers con el acompañamiento de la voz grave y lánguida de Lana del Rey.
En conclusión, se trata de una película con altibajos pero lo suficientemente atractiva para el público infantil y para el público adulto al que le guste la fantasía tierna. Y como se dice en el título, la película no es tenebrosa, pudiendo disfrutar de ella hasta los niños más pequeños.
Con una narración en off, característica de los cuentos de hadas, y una presentación del bucólico territorio de las hadas, la película empieza con unas imágenes empalagosas cercanas al mundo de Campanilla, un lugar plagado de seres poco agraciados que parecen recién sacados de Star Wars. En contraposición, allende los límites de la ciénaga feliz, se encuentra el mundo de los seres humanos, en ese entorno espacio-temporal entre Juego de Tronos y El señor de los anillos. Ambos mundos contrapuestos no deben mezclarse nunca hasta que, claro está, terminarán por hacerlo.
La guía del reino fantástico es Maléfica, un hada poderosa, buena y protectora de su mundo, presentada primero como adolescente y luego como adulta. Es entonces cuando vemos por primera vez a la grandiosa Angelina Jolie en escena, momento desde el cual la película mejora sobremanera. La actriz se come la pantalla desde el primer fotograma pues no en balde toda la historia está diseñada para su lucimiento. Jolie realiza una creíble actuación, enfundada de negro y con cuernos, cumpliendo con creces las expectativas de un hada con dos caras, una buena y otra mala. Porque Maléfica se traslada hacia el lado oscuro por un acto de extrema crueldad hacia ella que la convierte en un ser rencoroso y vengativo. Es el momento álgido de la película muy bien escenificado, así como los momentos inmediatamente posteriores en los que retorna a su mundo, ya no tan feliz. Una vez los espectadores conocemos los motivos de la transformación de Maléfica casi compartimos su sed de venganza.
Pero la película no es lo tenebrosa que pudiera parecer. Prevalece la historia de un cuento de hadas reinterpretado con caracteres psicológicos se ha puesto de moda. Hay muchos puntos en común con Frozen, la entrega anterior de Disney, aspectos que no voy a desvelar pero que generan en los espectadores una relación empática con el sufrimiento del personaje protagonista, valor en alza en el cine familiar actual.
El resto de los personajes resultan adecuados a su papel: la dulce e ingenua princesa Aurora, el rey Stefan, el príncipe encantador, las hadas torpes… Evidentemente quedan eclipsados por la omnipresencia de Jolie, pero no importa, no se pretende otra cosa.
Evidentemente los efectos especiales tienen un lugar fundamental en el film. Aunque en ocasiones dan la sensación de demasiado digitales, en general muestran un escenario adecuado para la historia. Mejor los momentos de acción que las escenas a vista de pájaro. Nos hemos acostumbrado a un nivel de excelencia tal en estos aspectos que no les damos el justo valor que tienen. Personalmente disfruto muchísimo de las posibilidades que la animación CGI (Computer Generated Imaginery) ofrece al cine y no debemos despacharlo como algo anecdótico pues lleva detrás una carga considerable de creación artística.
Tampoco hay que dejar de mencionar el excepcional trabajo de maquillaje y la adecuación digital del rostro de Jolie; esos ojos de color verde amarillentos, esas mejillas cuasi puntiagudas le confieren un atractivo singular que ha sido convenientemente explotado en los trailers con el acompañamiento de la voz grave y lánguida de Lana del Rey.
En conclusión, se trata de una película con altibajos pero lo suficientemente atractiva para el público infantil y para el público adulto al que le guste la fantasía tierna. Y como se dice en el título, la película no es tenebrosa, pudiendo disfrutar de ella hasta los niños más pequeños.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
• Resulta gratificante la transformación de Maléfica en el hada madrina de facto de Aurora.
• El momento en el que Maléfica pierde sus alas es especialmente doloroso y brillante.
• De nuevo el acto de amor verdadero no está en los labios del príncipe. Aunque tierno, es un final demasiado parecido a Frozen tan solo seis meses después.
• No entiendo cómo un hada buena se llama Maléfica. Quizá en inglés el significado es menos evidente pero en español lleva incorporado el “mal” en su nombre.
• El momento en el que Maléfica pierde sus alas es especialmente doloroso y brillante.
• De nuevo el acto de amor verdadero no está en los labios del príncipe. Aunque tierno, es un final demasiado parecido a Frozen tan solo seis meses después.
• No entiendo cómo un hada buena se llama Maléfica. Quizá en inglés el significado es menos evidente pero en español lleva incorporado el “mal” en su nombre.