Esperaba algo emotivo, contundente y bien narrado sobre la guerra de Angola. Como se originó, como lo pasaron los lugareños, en general matizar todo lo que conlleva la creación y desarrollo de una guerra. Esto lo ventilan en los primeros cinco minutos si es que llega.

Luego tenemos un "biopic" de un periodista que no se comenta pero es un santo. Es perfecto tanto en lo profesional como en lo ético. Si pudiera volar lo meten en el universo de Marvel...

La animación con los tramos de documental están bien, pero los momentos oníricos no tienen sentido. Esto es como intentar contar la guerra mundial con los nazis disparando margaritas.

Para terminar mi última decepción es que solo se trata desde el punto de vista del bando comunista. Los capitalistas apoyados por USA son malos y tienen niños soldados (como si no lo hubieran en los dos bandos), los guerrilleros son presentados como héroes cuando en realidad son fanáticos peligrosos y un periodista que se decanta totalmente por un bando (que hasta ahí me parece correcto) pero considera que es un gran profesional.

Total en el año 2019 la profesión de periodista es la más desprestigiada tras la de político y Angola tiene uno de los índices más altos de pobreza y mortalidad infantil del mundo. Al final, realidad solo hay una.