La narración vertiginosa. La química entre los personajes. El guion escueto y directo. Las tramas directas y certeras. El factor diferencial es el narrador que nos habla directamente de corazón a corazón. Una historia que vive las dudas con sinceridad y así lo transmite. Sin velos que cubrir, sin agujeros que tapar. Los miedos sin cortapisas. Los sentimientos sin vergüenza. Una serie que expone sin miramientos las carencias de una generación que está acostumbrada a no sentir lo que piensa y a no pensar lo que siente. Unos personajes vivos y libres que deciden volar, sin saberlo, hasta las últimas consecuencias. Un relato que nos autodestruye las críticas. Nos hace sentir y ver lo que no tenemos y lo que no apreciamos. Unas vidas rotas que se unen para dar paso a lo que no nos damos de cuenta: vivir. Muertos en vida deciden resucitar lo que tenían postergado en su interior. Un ejercicio de revelación mutua entre personajes y espectadores. Las tramas, el ritmo y los temas se unen para ejercitar nuestros músculos más atrofiados. Un deleite para no resistir.