Una película que rompe moldes, ya que sorprende como trata el tema del alcohol en un actor, que parece una cosa, y luego es otra. Y aquí la mujer se le da un punto añadido, ya que el machismo siempre se le ha quitado importancia a la figura de la mujer y darle credibilidad a lo que siente o habla.

Y aquí, es el hombre el que no está a la altura y que sin la mujer, el hombre no estaría. Quizás por eso ganó el Oscar a la mejor actriz (que causó estragos en su día, porque todo el mundo veía como ganadora a Judy Garland en "Ha nacido una estrella", tanto es así, que toda la prensa estaba en el hospital porque iba a nacer su hijo, para recoger las declaraciones después de que se supiera que había ganado el Oscar, pero no fue así), esa crudeza que mostraba Kelly, nada glamourosa como estamos acostumbrados a verla.

Una película muy directa y que quiere romper lo bonito que es todo. En plena década de los 50, donde todo es glamouroso y rosa, de vez en cuando sale una película para poner los pies sobre la tierra.