Colombo estaría orgulloso del papel interpretado impecablemente -ya era hora que acertara en su elección- por Patrick Dempsey en una historia que divierte porque no hay por donde cogerla. Con un principio torpe, un desenvolvimiento sin ton ni son, lleno de giros inesperados que recuerdan a esas tardes de domingo lluviosas jugando al cluedo con los amigos y un final inesperado que pretende crear sonrisa en el espectador (y lo hace) tiene momentos geniales con otros menos intensos pero con un nivel aceptable de comedia barajada con thriller y misterio. Sin duda alguna, lo más espectacular es la actuación de Patrick, sobre el que recae todo el peso interesante del relato y que, de forma soberbia, se expande por todos los fotogramas como pez en el agua. Un sorprendente y novedoso "Se ha escrito un crimen" pero más atractivo y seductor aunque, llega momentos, que alcanza tal ralladura de inalcanzable locura que podría haber ocurrido la más original estupidez que uno pueda imaginar. Quédense con las risas que provoca, no piensen mucho en los pasos que sigue y disfruten de la picardía de nuestro héroe conductor.