Invito a ver esta película aunque solo sea por ver a Lola Flores de monja y cantando como ella sabía. Y lo guapa que está. Como Susana Canales. Lola canta, entre otras, La Zarzamora, un clásico. Y una nana de lo más bueno: “que hueles a romero y a mejorana”.
Una institución para reformar a chicas “descarriadas”. Para cultivar el huerto contratan al tío más feo que encuentran, porque las chicas, se deduce, están más salidas que el clásico pico de una plancha.
Entra una nueva chica, traída por su tío porque la madre se avergüenza. Su “pecado”, le dice un día a las otras, no es haberse vendido, como ustedes. Está desesperada, intenta suicidarse. Un caso más de seducida y abandonada.
Y está embarazada.
Así queda la película planteada a la media hora. Y el desarrollo, hasta el final, es excelente. Con un golpe de gracia.
Eso sí, hay que verla poniéndose en modo ingenuo... y en 1954, cuando había dictadura, sí, pero no cinismo posmoderno.