Alguien que vea el 7,4 de media pensará que está ante una gran película. Y no.
No bastan las buenas intenciones, que aquí es recordar y denunciar la persecución nazi a los homosexuales, para que haya arte. Esta es una de esas películas en las que lo importante del asunto sirve de excusa para una no muy buena realización. Es un dramón exagerado, con una trama bastante mal llevada, con algunos personajes poco verosímiles.
Entre los intérpretes destaca Renier, que lleva casi solo el peso de la película. . El guión riene algún truco barato, como el hacer creer al espectador algo que luego no es así.
Por querer remachar la idea la película se hace reiterativa en su úlrima parte.