Buena película, fría y cortante, como el frío noruego.
Espionaje y a la vez trama familiar. Un poco enrevesada al principio pero cuando se va aclarando es un drama de tales proporciones, como sin querer la cosa, que te deja aplastado al final.
Una interpretación buena por parte de todos, especialmente de Juliane Kohler. Y emociona ver a Liv Ulmann viejita pero siempre cosa esa cara que lo dice todo en silencio.
Vale la pena, pero se advierte que, a su modo, es muy dura.