Película emblemática y una de las mejores del cineasta de Calanda, "Los olvidados" es realista, es explícita, es descarnada, es dura, es pesimista, es violenta y también es imprescindible e imborrable.

La premisa es sencilla: las tropelías y desventuras de unos niños abandonados tan cabrones como la vida y con un futuro poco halagüeño en una Ciudad de México brutal; pese a la pretensión de Buñuel de extrapolar la visión a "todas las ciudades del mundo", lo cierto es que la imagen que se da de la realidad mexicana es pésima y normal que muchos mexicanos montaran en cólera con el español exiliado en su país. Por suerte nada le ocurrió a nuestro director ni a la película y "Los olvidados" fue pronto valorada como la obra maestra que es.

Apenas se deja nada en el tintero el aragonés, desprovisto de cualquier sentimentalismo o moralina: miseria a todos los niveles, palizas entre niños, palizas de estos chavales a un ciego o a un hombre sin piernas, robos, asesinatos, pedofilia, hambre, más golpes y maltratos, una madre a quien no le importa follarse a un "amigo" de su hijo, muertes sádicas de animales (lo de las gallinas es innecesario y de mal gusto)...la verdad es que no es una película fácil de ver, en el sentido de la dureza de las imágenes y el desasosiego que te entra. Pero hay que verla sí o sí.

Para el recuerdo el terrible (por cruel) personaje de "El Jaibo"; diversas escenas oníricas marca de la casa más otras que ilustran el deseo sucio de los adultos; la miseria moral de la gente, pues no se salva prácticamente nadie, y el demoledor final.