Rob Marshall, el director de la espectacular "Chicago", cambia por completo el registro en este bello melodrama acerca de una chica vendida en su niñez por su familia. El tema central son los sueños y las esperanzas, con la dificultad que entraña llevarlos a cabo. El argumento se centra en las diferentes formas de esclavitud que padecían las mujeres en el Japón de la Segunda Guerra Mundial. Tanto la puesta en escena como la ambientación son impecables, con un elenco de actrices muy implicado en su trabajo y un cuidado máximo del detalle en escenarios y decorados. El problema es que el director ha puesto más empeño en crear belleza a partir de las formas que en el desarrollo de la propia historia, la cual queda relegada al clásico amor imposible padecido por uno de los protagonistas, lo que no aporta nada excesivamente nuevo. Así pues, un trabajo interesante de Rob Marshall en su segundo largometraje, que si bien no está a la altura del anterior, al menos deja al espectador con un buen sabor de boca.