Las interpretaciones dejan mucho que desear, percibo una flagrante ausencia de naturalidad, tanto en los diálogos más irrelevantes como en las escenas más destacadas. Acabo de poner una gran mentira porque en toda la película no hay un solo crescendo que le despierte a uno del sopor, literalmente no pasa nada en la hora cuarenta que dura el filme, lo cual con este elenco es un delito. El ritmo es tortuoso, con dejes melifluos y la sensación imperante es que nadie parece creerse la milonga que está representando y no me extraña. Ana Fernández venía de hacer la estupenda 'Solas', un largometraje intenso e impactante en el que ofrece una caracterización bronca y memorable: aquí parece perdida y dormida. Si solo hubiera visto esta película de ella diría que es una actriz pésima. Ingrid Rubio me deslumbró en 'Taxi', pero aunque es atractiva en algunas películas en las que sale, aunque no esté haciendo un mal trabajo no me gusta ni ella ni la propia película. Con todo, este puede ser perfectamente su trabajo más anodino. Tres cuartos de lo mismo para el habitualmente imponente Miguel Ángel Solá, sin ninguna duda estamos delante de una de sus peores películas.