Vergonzoso producto destinado a la más burda manipulación social. La intencionalidad es patente en cuanto a que no se puede hablar más que de escenas hilvanadas con un fin muy específico, con una lógica interna que fuerza la realidad para que se adapte a dicha intencionalidad. Y todo esto en ausencia total de 'excusas' artísticas; al menos podrían haber disimulado. Pero no, no sea que al público objetivo al que va destinado se le escape la "moraleja".

Para mí, el único mérito de la película es una jóven Keira Knightley pululando por la pantalla, eso sí, con los hilos muy visibles; a veces se tensaban tanto que creía que el titiritero se iba a caer de la pasarela.
La dinámica dirección y el tono 'cool' que impregna la "película" ayudan a que los minutos pasen muy rápido sin que uno se de cuenta de lo que está viendo, siendo una virtud en este caso.

Curioso el dato de recaudación, casi 80 millones de dólares, ¿acudirían en masa los aficionados al fútbol engañados por el título?